Cuando mencionamos los desafíos en entorno a la educación, derivado de la Pandemia por Covid-19, muchas veces nos enfocamos a la dificultad de el servicio de Internet, adquisición de equipo de tecnología, aplicaciones, etc. pero nos olvidamos de la parte fundamental del proceso de enseñanza- aprendizaje, la parte humana tanto del docente como del estudiante.
Después de un año en que como educadores nos hemos tenido que adaptar a esta nueva modalidad, resulta un proceso aún complejo, derivado de las nuevas formas de aprendizaje, las nuevas herramientas didácticas (que no eran usualmente utilizadas por docentes ni como estudiantes) y la denominada "nueva normalidad". Representa un desafío grande, ya que constantemente se debe asistir a actualizaciones en formación, capacitaciones para el manejo de plataformas, las cuales en ocasiones se tornan difíciles para algunos docentes.
Los estudiantes también enfrentan importantes desafíos, el estar conectados por largas horas frente a un dispositivo electrónico, la dificultad de conexión, la cantidad alta de tareas indiscriminadas, pero sobre todo el desafío de no poder interactuar con compañeros de estudio o amigos de forma normal. La parte afectiva de los estudiantes se ha visto socavada, hasta el punto de caer en depresión.
Lo cierto es que como humanos somos individuos resilientes y tenemos la capacidad de adaptación. No estamos solos, somos miles de docentes y millones de estudiantes deseando salir adelante ante estos nuevos desafíos educativos y tecnológicos.
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